viernes

Inherencia



Inherencia



"El tiempo es la sustancia de la que estoy hecho" - J.F.I.L. Borges



Que todo lo que me defina tenga olor a yerba, a tierra mojada y a sal.

Que tenga hojas de cualquier tamaño y color y voz para decir, y no solamente sonar.

Que tenga lenguas de fuego y de humedad. Que ninguna se apague.

Que corra con el viento, porque será él quien me lleve, me traiga y me borre.

Que vuelva con la marea y cambie mis huellas por las de la espuma.

Que no sea tan claro que rechace una segunda mirada.

Que todo lo que me afirma sepa mantener su agarre cuando me lance a volar.

Que no me abandone lo que al final no me pueda llevar.

Que no me detenga.




Hache Eme


Artificio



Artificio


"La habitualización devora objetos, vestidos, muebles, a la propia esposa y el miedo a la guerra" - Victor Shklovsky



hace tiempo que...

hace tiempo ¿qué?

¿qué iba a decir?


iba a decir "qué"


no se que estoy haciendo despierto.

No.

sé que estoy haciendo despierto:

escribo

(¿escribo?)

pienso, leo

no siento

no duermo

pero adormilo


¿qué me pasa?

"qué" me pasa


justamente


es lo que iba a decir.






Hache Eme

jueves

El peor de los pecados



El peor de los pecados



“He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido

feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.”

J.F.I.L. Borges




Un escritor viejo y solo esta encerrado hace días en su estudio y mira durante horas sin pausa el papel frente a él. La tinta no corre…


La suya había sido una larga carrera llena de novelas y cuentos, todos ellos habitados por hombres y mujeres desesperados. Ninguna de mis sus historias tuvo nunca un final feliz. Ni siquiera un capítulo feliz. De hecho, si alguna vez escribió la felicidad fue solo para quebrantarla después y hacer que quien se estuviera refugiando en ella caiga desde más alto. Sus personajes morían y este quizás era el único alivio que les era permitido después de una vida en palabras tristes.


Muy tarde se dio cuenta de la trampa. Una epifanía terrible. Cada una de mis sus páginas había sido una venganza por una vida olvidada de vivir. En cada una de sus obras condenó a alguien a mi su misma suerte.


“He cometido el peor de los pecados…”, recordó el viejo y se encerró en el estudio. Durante días no comió ni durmió más que cuando el cansancio lo emboscaba en su escritorio. Lo obsesionaba la idea de redimirmese.


La necesidad de escribir una historia feliz ocupo así cada espacio de sus días. Borrador tras borrador se fue alejando, pero nunca pasó del primer párrafo.


Finalmente llegó a su segunda, y última, revelación. Resignado agarró su pluma y garabateó las primeras palabras que no tacharía:


“Un escritor viejo y solo esta encerrado hace días en su estudio y mira durante horas sin pausa el papel frente a él. La tinta no corre…”



Hache Eme