Una tarde en que Kafka vino a verme, y al entrar despertó a mi padre, que dormía en el sofá, en vez de disculparse dijo de una manera infinitamente suave, levantando los brazos en un gesto de apaciguamiento mientras atravesaba la habitación de puntillas: "Por favor, considereme usted un sueño"
MAX BROD: Kafka
1
Para poder dormirme, cuento ovejitas. Las ocho primeras saltan ordenadamente por encima del cerco. Las dos siguientes se atropellan, dándose topetazos. La número salta más alto de lo debido y baja suavemente, planeando. A continuación saltan cinco vacas, dos de ellas voladoras. Les sigue un ciervo y después otro. Detrás de los ciervos viene corriendo un lobo. Por un momento la cuenta vuelve a regularizarse: un ciervo, un lobo, un ciervo, un lobo. Una desgracia: el lobo número 32 me descubre por el olfato. Inicio rápidamente la cuenta regresiva. Cuando llegue a uno, ¿logrará despertarme la última ovejita?
5
Apenas cierro los ojos, me caigo. Con los ojos abiertos, busco la grieta. No encuentro solución de continuidad en el aire. En las sábanas hay hormigas, pero no huecos. Al colchón no lo reviso: para mí, es como un hermano. Todo bajo control, vuelvo a dormirme. Apenas cierro los ojos, me caigo.
16
En la oscuridad confundo un montón de ropa sobre una silla con un animal informe que se apresta a devorarme. cuando prendo la luz, me tranquilizo, pero ya estoy desvelada. Lamentablemente, ni siquiera puedo leer. Con la camisa celeste clavándome los dientes en el cuello me resulta imposible concentrarme.
79
Cuando a un niño se le cae un diente, los ratones le ponen un regalo debajo de la almohada. Esto sucede durante el sueño. Cuando a un ratón se le cae un diente, no pega un ojo en toda la noche, por las dudas.
84
Si sueñas con un oso, te traerá desgracia. Si sueñas con rabanitos, ganaras mucho dinero. Si sueñas con piedras preciosas, cuídate de las morochas. Si sueñas con lombrices, puedes caer en alguna trampa. Si sueñas conmigo, lo lamento: soy una verdadera pesadilla.
204
Lo malo del alcohol es que se me sube enseguida. Y continúa subiendo sin encontrar freno ni tope hasta que yo misma comienzo a preguntarme dónde, pero dónde, Dios mío, estará mi cabeza.
238
Cuando mi sillón predilecto avanza por el living con los brazos extendidos y el paso decidido, pero torpe, se que se trata de un sueño. vaya uno a saber que pesadilla lo tiene otra vez así, sonámbulo.
Todos los cuentos, a escepción de la introducción, son de "La sueñera", de ANA MARÍA SHUA.
Lean, so bestias...
H:M