viernes

AL FINAL UNO PARTE




Al final uno parte
con sus ojos de buey
con sus dedos de frente
o con sus pies de plomo
todo eso y además
con amigos de pan
de madera
de tierra
uno parte
y es otro
dispuesto a no olvidar
a contar hasta tres
y no decir empero
todo eso y además
con el adiós mas arduo
y el corazón mas nuevo


MARIO BENEDETTI

Gracias a este y otros mucho de tus poemas, cuentos y novelas te voy a tener siempre en el corazón, viejito uruguayo
H:M

AGUA Y AJO IV






CUARTA Y ULTIMA PARTE


ACTO I
Escena III


Exterior, de dìa. Laura esta sentada en un banco de madera en la puerta de su casa, detras de ella se ve la fachada de la casa y sus lados hay algunas plantas con flores y arbustos. Ella esta sentada con las piernas cruzadas sobre el banco, y con las manos corta hojas de las plantas que tiene al alcance y juega un rato con ellas antes de tirarlas. Su cara sigue viendose serena, pero se nota que esta triste. de repente levanta la cabeza y se vuelve hacia la parte derecha del escenario. En ese momento Julian aparece desde ese extremo vestido como en la primera escena, pero llevando al hombro una guitarra en su funda. se acerca lentamente hasta Laura y se sienta en el pasto, sin mirarla. Se quedan asi durante unos segundos.

LAURA: (en voz baja) Juli... ¿como estas?
JULIAN: ( todavia sin mirarla, la vista al frente, hacia el publico) Bien...bah, mejor. (mira para arriva, al cielo) Cansado en realidad, no dormi casi nada anoche.
LAURA: (mirando la guitarra que todabia tiene colgada al hombo Julian) Mira, yo no quise hablarte asi ayer, juli, pero...
JULIAN. (la mira por fin, y levanta una mano, pidiendo que pare) Deja Lora, no te hagas problema, no quiero hablar de lo que paso ayer. y vos tampoco queres hablar de lo que paso ayer. dejemoslo ahi y listo.
LAURA: Esta bien. me parece bien. (baja levemente la cabeza)
JULIAN: (refregandose la cabeza) ¿Che Lau, queres ir a caminar? ¿hasta la plaza?
LAURA: (mirandolo extrañada), si dale...
Se paran los dos, y por un minuto se quedan en el lugar, medio mirandose, sin saber que le toca hacer a cada uno. Julian se mueve primero.
JULIAN: (hace un ademan con la cabeza, señalando el extremo derecho del escenario) ¿vamos?
Empiezan a caminar. Julian va delante.
Laura: (cuando ya estan por llegar a la salida del escenario) Juli...¿te puedo hacer una pregunta?
JULIAN: (Sin darse vuelta) decime lau.
LAURA. (señalando la guitarra) ¿Para que traes la guitarra?
JULIAN: (por arriba del hombo, sonrie) Para nada, ya vas a ver.
Salen del escenario por el extremo derecho, se apagan las luces.

Fin de la tercera escena

FIN (por fin)



Disculpen. Empece a escribir esta cosa para ayudar a mi hermano menor con un trabajo para la escuela, pero despues, a medias, me empezo a gustar, asi que decidi subirlo y ver que onda. A esta altura ya se que nadie lee esto, y que me escribo a mi mismo, asi que voy a ir a tomar mis medicamentos y despues me voy a atar a la cama.
salud yo

H:M

AGUA Y AJO III




TERCERA PARTE

ACTO I
Escena II


Exterior, de noche. El escenario es la fachada del gimnasio escolar: una puerta de dos hojas y con canteros de cemento a cada lado. Desde el interior se escuchan voces y gente que discute.
Julian esta sentado en uno de los canteros. Aùn con el uniforme de volley tiene los brazos cruzados sobre las rodillas y la cabeza hundida en ellos. Tiene una toalla en los hombos y no habla. Sentado asi, con sus extremidades larguisimas parece una araña pollito que se esta muriendo.


Laura aparece por la puerta del gimnasio. Esta vestida igual que en la escena anterior, salvo que sin el morral. Mientras sale se pone una campera. Se para al lado de Julian y lo miraunos instantes, despues, sin decir nada se sienta a su lado, la vista al frente, hacia el publico.


LAURA: (se acomoda los lentes con el dedo mayor de la mano y se tira el pelo para atras) ¿y, por cuanto perdieron?
JULIAN: (sin sacar la cabeza de entre los brazos) por una banda, perdimos. (levanta la cabeza un poco) ni un set ganamos...¿como puede ser que no hallamos ganado ni un set?
Laura se tienta, pero apenas lanza un resoplido sobrador.
LAURA: (todavìa con una sonrisa en la cara) y bueno Juli, no siempre se gana.
JULIAN: yo nùnca gano...
LAURA: okey, dejame reformular: no siempre se pierde
JULIAN: me gustarìa ver eso
LAURA: (ya no sonrie) Bueno che, tampoco es para tanto. Despues de todo pierden siempre
Julian la mira firme, ya no tiene la exprecion de desesperanza que lo caracteriza
LAURA: No me mires asi que es verdad. Vos sabes que es verdad.
JULIAN: (de vuelta con la cabeza gacha) si...yo se que es verdad.
LAURA: ¿y entonces para que tanto drama?
JULIAN: (ruborizado) es que estuve entrenando. un monton. y querìa ganar. queria que me vieras ganar...una vez aunque sea.
LAURA: (de vuelta con esa media sonrisa suya) No sabrìa que hacer si te viera ganar. ya me tenes acostumbrada a las derrotas vos. (para un segundo y se le queda mirando) A lo que no me tenes acostumbrada es a estos papelones, ¿en serio estas asì por el partido? ¿No te anda pasando nada màs?
Julian resopla. levanta la cabeza y toma una gran bocanada de aire que va soltando mientras vuelve a bajar la cabeza. al final se queda mirando a Laura. Le sudan las manos, y selas refriega. A penas puede controlar el temblor de las piernas.
JULIAN: me gustas mucho laura. (la primera oracion sale como disparada. laura retrocede un poco, pero todavia no termina de decidirse si lo que esta escuchando es una broma o es enserio) En serio me gustas mucho. desde que eramos chicos me gustas. desde que me gustan las chicas que me gustas. Vos siempre estas ahi conmigo cuando te necesito. Vos siempre estas ahi y punto. (se le quiebra un poco la voz) Me pongo contenton de verte, y aunque me digas nabo cada dos por tres no me puedo sacar esa sonrisa de adentro durante todo el día.
LAURA: (hace un ademan de pararlo y habla en voz baja, casi un susurro) juli, para...
JULIAN: Cuando te me invitas a cenar te juro que mi corazon sale a festejar, e incluso cuando solamente nos quedamos tirados en la habitacion, taradeando con la computadora o riendonos con alguna pelicula de terror mala. Estar con vos me tranquiliza, hace que todas mis paranoias se vallan al diablo. cuando estoy con vos soy feliz.
LAURA: (subiendo un poco la voz, pero apenas) juli, por favor...
JULIAN: (ahora de frente a ella) No sabes el tiempo que llevo tratando de decirte esto. Tratando de darme fuerzas para decirtelo. (para un segundo para tomar aire y la mira a los ojos) ¿Sabes por que empece a tocar la guitarra? No sabìa que hacer para impresionarte. No soy ni inteligente, ni fuerte, ni encantador, no se de libros ni de cine. Desde que empece a tocar mi unico objetivo era escribir la cancion que finalmente me permita decirte todo esto, escribir la cancion que me ayudara a mostrarte lo que me haces sentir. Pero parece que me queme...
Finalmente Julian para y se queda mirando a laura a los ojos, pero sin el impetu de su discurso comienza a avergonzarse. le vuelven a sudar las manos, y sus piernas estan mas incontrolables que nunca. Laura lo mira, y por primera vez, quien tiene la mirada desconcertada es ella. Tras un silencio que parece interminable es Laura quien habla.
LAURA: Juli....me alegra que te halas animado a decirme esto. en verdad me alegra. (julian levanta la cabeza y por un momento su cara es toda esperanza, se le ilumina)...pero no. Yo no, es decir, yo te quiero, pero sos como mi hermano, te conozco desde siempre. No podria. (julian se empieza a quebrar, tiembla como una hoja. Laura toma aire t habla con firmeza) Juli, yo no puedo. Vos sos mi amigo, sos mi hermano. Yo no puedo.
laura se para y le rasca la cabeza a julian, que de nuevo esta enterrado entre sus rodillas. Despues se va por el lado izquierdo, y cuadno esta a punto de salir mira para tras, pero no para y se va. Julian se queda solo como cuando empezò, y mientras se apagan las luces se pierde mas adentro de sus brazos.

FIn de la segunda escena

H:M

AGUA Y AJO II




SEGUNDA PARTE

ACTO I
Escena I

Exterior, mediodìa. El escenario es la vereda de una calle, con canteros con plantas y algunos árboles a lo largo. También hay un canasto para la basura y sobre el extremo derecho un cartel de transito que avisa que más adelante hay una escuela.

Por la izquierda entra Laura caminando. Laura lleva una pollera larga beige y una remera negra, de un hombro cuelga un morral deshilachado. Camina cinco pasos y se detiene, mira para atrás.

LAURA: ¡Dale, apurate nabo, que estoy muerta de hambre!
Aparece Julian al trote y se para delante de ella. Julian tiene pantalones cortos, zapatillas deportivas, camiseta de algún equipo de futbol y una mochila demasiado chica para el.
(Se rasca la cabeza frenéticamente.)
JULIAN: Bueno che, que me estaba atando los cordones…¿Qué apuro tenes?
LAURA: Ya te dije, nabo, me estoy muriendo de hambre, y todavía me tengo que cocinar.
JULIAN: ¿Hoy te toca a vos?
LAURA: Y si…Mis viejo llegan tarde hoy. Por lo menos creo que hay milanesas preparadas.
JULIAN: ah, si, claro...(Se rasca la cabeza)…Sssi queres podes venir a comer a casa. Creo que mamá hoy iba a hacer pastel de papa, o pan de carne o algo así.
LAURA: No, deja Julian, si te digo que hay comida en casa.
JULIAN: bueno, bueno, esta bien, solamente decía…
LAURA: ya se que solamente decías. Yo también solamente te digo.
(Laura lo mira enojada, pero se calma enseguida y le da un palmaso en el hombro. Julián la mira y medio sonríe. Siguen caminando)
JULIAN: Che, Lora, hoy a la noche jugamos contra el equipo de la Técnica, acá, en el gimnasio. (Se rasca la cabeza y tartamuda un poco)
LAURA: ¿A si? ¿Y por cuanto van a perder esta vez? A parte ya sabes que no me gusta que me digas Lora…suena mal….ya sabes… (Laura inclina la cabeza un poquito, apenas nomás. Julián se pone colorado de repente)
JULIAN: Perdón, perdón, se me olvida…es que yo te decía así desde antes de saber que se podían hacer chistes con eso, y bueno, ahora ya me cuesta decirte Laura nomás…
LAURA: esta bien, nabo, deja. Mientras que no te escuchen los tarados de la escuela no hay problema. ¿Qué me decías del partido?
JULIAN: ah, si, eso…No, nada, solamente quería ver si querías venir a verlo.
(Julián no da mas de la vergüenza, se pone todavía mas rojo y no levanta la vista de sus zapatillas. Laura parece no darse cuenta)
LAURA: obvio que voy ir a verlo, ¿No voy siempre?...No se para que me preguntas.
JULIAN: No, por nada….solamente me quería asegurar.
(Se frenan los dos. Ya llegaron a la puerta de Laura. Laura lo mira medio raro a Julian, como con curiosidad)
JULIAN: (tartamudeando un poco) ¿Nos vemos hoy a la noche entonces?
Laura: Si, como siempre.
(Lo saluda con beso en la mejilla y le rasca la cabeza como hace el. Después se va por la derecha del escenario. Julian se queda parado en el mismo lugar mientras se van apagando las luces).

Final de la primera escena

H:M

AGUA Y AJO I




PRIMERA PARTE

INTRODUCCIÔN
PERSONAJES:

Laura: adolescente de 16 años, pelo negro no muy largo, apenas pasando los hombros. No es muy alta, no menos de un metro cincuenta y no más de uno sesenta, y sin ser flaca, tampoco es gorda. Tiene una cara muy linda, de rasgos europeos y piel muy pálida, casi blanca. Sus ojos son verde brillante, que resaltan y llaman la atención incluso escondidos detrás de sus lentes de marco grueso y negro. Su rostro expresa de a ratos serenidad y cinismo, y sus ojos brillan de inteligencia. Sonríe poco, y nunca muestra los dientes cuando lo hace. Es una sonrisa dibujada que recuerda a la Mona Lisa, y quizás por eso nadie sabe bien como interpretarla. Viste sobriamente, colores claros o neutros, y es raro que llame la atención del observador desatento.
Habla lento y claro, con firmeza, y si se embarca en una explicación o un monologo acompaña las palabras con gestos de las manos e incluso del cuerpo si el caso lo requiere. NO es tímida, pero si es muy orgullosa y mordaz, y usa la ironía con maestría.

Sus padres son jóvenes y ambos son profesores. Él de literatura en la universidad local, y ella de formación ética y ciudadana en dos escuelas de la zona. Además, su madre es abogada, aunque no ejerce como tal desde el nacimiento de Laura, que es hija única. Viven los tres juntos en una casa de 4 ambientes en un barrio residencial a pocas cuadras de la escuela a la que asiste Laura. Principalmente por ésta razón ella va caminando a la escuela todos los días, aunque raramente haga este camino sola. Siempre la acompaña su mejor amigo y vecino, Julian, a quien conoce desde jardín de infantes y quiere como a un hermano


Vive una vida normal y sin sobresaltos extraordinarios, aunque una vez fue a Montevideo con su familia.

Julian: También de 16 años, es alto, muy alto, pasa fácil el metro ochenta, y también es muy flaco. Lleva el pelo castaño clarísimo corto, y tiene ojos celestes, que casi siempre tienen una expresión desamparada, casi de desesperación, que nunca significa nada, pero que de todas formas suele poner nervioso a quienes lo rodean. Solo Laura sabe que si se ve desesperado es solo por una mala pasada de la genética, ya que cuando verdaderamente esta angustiado o triste su cara se ve mas tranquila, e incluso relajada.
Camina siempre encorvado, con la cabeza tirada para adelante y las manos en los bolsillos, de donde las saca solo para rascarse la cabeza, cosa que hace a intervalos regulares, casi como si fuera un tic nervioso.
Es torpe para hablar y para moverse. Tartamudea y se corre a si mismo cuando habla, y cuando se mueve suele tirar involuntariamente las cosas que están a su alcance, no es raro que se lleve puestas sillas o mesas que se encuentren en su camino. Tampoco controla bien su fuerza, por lo que es común que rompa las cosas que agarra.
En la colegio apenas sale a flote, pero le mete estudio para poder llegar al siete, nota mínima que sus padres aceptan. Deportivamente tampoco resalta, aunque es miembro de un equipo de voley con el que entrena dos veces por semana en el gimnasio de la escuela.
Desde hace 12 años que conoce a Laura, y desde hace once que esta enamorado de ella, aunque no se anime a decirlo. La verdad es que su amiga también le da un poco de miedo.
Como dato adicional toca la guitarra y se maneja bastante bien, y aunque no brilla lleva años tratando de escribir la canción perfecta que le diga a Laura lo que siente. Todavía no pudo.


SIGUE EN LA PRIMERA ESCENA
H:M

martes

EL EXTRANJERO I



Todo lo que puedo hacer es leer para pasar el tiempo. Me siento, me paro, camino y me acuesto. Voy del sillón al baño y del baño a la cocina sin saber siquiera que hacia en el sillón en primer lugar. A las 4 de la madrugada la música solo es bienvenida en mis auriculares, pero ni bien empiezan las canciones tristes hasta mi cabeza la rechaza, y auriculares y música vuelan contra la pared. Por algunos segundos que parecen minutos que parecen horas me quedo tirado mirando el techo, pero ni siquiera un bicho viene a romper la monotonía con su zumbido, y por mas que la mire fijamente, la mancha de humedad no crece al ritmo que necesito que lo haga.

Quiero dormir. Quiero dormir y no puedo. Desde que me convertí en un lobo las ovejas no vienen a saltar mi cerca ni me dejan que las cuente. No las culpo, incluso yo creo que les clavaría los colmillos a la primera chance. No por hambre, mi esencia lobuna no pasa por ahí, pero estoy cansado de que me mojen la oreja, y si yo no puedo tener paz, ¿por que ellas si? Por las noches soy un animal encerrado, insomne e irritable. Acecho palabras que siempre son más rápidas que yo, y como una bestia me desquito con las pocas, inútiles, que se rezagan porque ya no tienen aliento ni para ser pronunciadas. Es la sangre de las rechazadas la tinta con la que escribo.

Cabeceo por un segundo, pero mi insomnio esta atento, y ni bien ve que cierro los ojos me pega una trompada y me despierta, y desde los pies de la cama, agazapado, se ríe. Me señala y se ríe el muy guacho. Manoteo la mesa de luz y le revoleo un libro, pero el lo agarra al boleo y lo tira a una esquina, con el resto. Los libros son mi única arma contra Don Insomnio, y aunque ni lo mosquean me ayudan a pasar el tiempo. Me levanto para ir hasta el balcón y puedo sentir como la criatura me sigue, y mientras me apoyo en la Baranda me tira de los pelos de la pierna. Amago una patada pero ni pestañea. Afuera la ciudad duerme. No hay una luz prendida, ni un auto, ni un borracho perdido caminando por la avenida que me revele que no soy la única victima. El fresco de la noche solamente me despabila. Algo duro me pega en la espalda, y ni bien me doy vuelta dos golpes mas le siguen, en el pecho y en la cara. Es el insomnio que me devuelve los librazos. Por lo menos esta vez no me apunto a los huevos. Me agacho a levantarlos (los libros, no los huevos) y me quedo mirando los títulos: el lobo estepario, memorias del subsuelo y la sueñera. Encima de todo irónico el hijo de puta. Ya no puedo más, le grito, le pido, le exijo, le imploro, le ordeno que se vaya, que me deje dormir pero el insomnio se ríe cada vez más fuerte. Entonces tiro los libros por el balcón, y antes de que me de cuenta el insomnio pasa como un rayo a mi lado y salta tras de ellos. Son once pisos de altura. Solo llegó a agarrar la obra de Hess antes de estrellarse contra el piso pero, aunque me hubiese gustado, yo no llegué a verlo: cuando el iba por el 5 piso yo ya estaba dormido.

domingo

FERNANDEZ & MARAUDA


La chica salio como disparada por la puerta, a tal velocidad que apenas tuve tiempo de esquivarla. Para cuando pude fijarme en ella ya estaba cruzando las heras, y en un parpadeo ya se había perdido dentro del jardín Botánico, dejando solo un rastro de lagrimitas. Solo la vi de espaldas. Llevaba el pelo castaño rojizo suelto y sobre la oreja izquierda, una flor violeta. La seguí con la vista todo lo que pude, hasta que se apagó el último fogonazo de su pelo entre las plantas, y aún entonces permanecí con la mirada inmovil en el lugar en el que había desaparecido. Suspiré: Tan embobado estaba que no escuche al hombre de la puerta las primeras dos veces que me llamó:
_ ¿Juan?
_ ¿ah...?
_ ¿Juan Fernández? _ Repitío en tono de paciente llamada de atención.
_ Este...Si, perdón. Estaba medio distraído.
El hombre me escruto un momento a traves de un par de anteojos sin marco y con las patillas torcidas.
_Si, me di cuenta_ dijo burlon, y me estiró una mano _ Soy Manuel Marauda.
Recién ahí tomé un poco de conciencia de donde estaba y para que, y me apresure a estrechar la mano que me ofrecía. Era una mano enorme, que hacía juego con el resto de su cuerpo, de casi dos metros de altura y hombros anchos. Casi no tenía cuello, y la única división entre su torzo y su cabeza la proveía una corbata descolorida y mal anudada que además le quedaba corta. Su gigantesca figura la coronaba una mata de pelo castaño canoso, que dejaba entreveer unos ojos curiosos y bonachones, y una sonrisa medio torcida, enmarcada por una barba rala y sin afeitar. Por alguna razón, me hacía acordar a alguien.
_Mucho gusto, doctor.
Lo seguí por la puerta hasta un ascensor viejo en el que nos tuvimos que apretujar, y que se hundio, al menos, 15 centimetros bajo nuestro peso.
Cuando llegamos al segundo piso tratamos de salir del aparato los dos al mismo tiempo, y nos trabamos en la puerta. Lo mismo pasó en la puerta del departamento, y casi lo repetímos en la de entrada al estudio-biblioteca que oficiaba de consultorio. En esta, los dos nos quedamos esperando que el otro pase primero.


Lorena se fue llorando, de vuelta. Es casi una costumbre, una cábala. Sobre el final del turno comienza a lagrimear, y cuando ya estamos terminando y ella ya dejó su alma en mis manos, desencadena un llanto desconcertante. No es que sea un histerica, pero me lo hace siempre. Estoy comenzando a pensar que le saca más provecho a ese llanto imparable y redentor que a las sesiones en si. A ella la deja limpia de pecado, y a mi, con mis treinta años de carrera, en los que se supone que vi y traté todos los tipos de locura habidos y por haber, me deja pasmado. Todos los días.
Tiene 21 años, y hace ya tres que viene, sin falta, todos los lunes miercoles y viernes a la tarde. Siempre llega con una sonrisa de oreja a oreja, y me dice "buenos días, Manuel". Siempre se va llorando desconsoladamente. Va llorando del diván a la puerta, de la puerta al ascensor y llorando baja los dos pisos hasta la entrada. Ni bien le abro la puerta, murmura un "perdon, doctor" y se va corriendo, llorando con la cara entre las manos. Hoy no fue la exepción.
Ya estaba por cerrar la puerta y volver para la consulta cuando vi a un pibe que, rigido como un poste en la vereda, a dos pasos de la entrada, no le sacaba la vista de encima a Lorena mientras ella desaparecía del otro lado de la calle. Era un pichon de mamut, el pibe. Tendría poco más de un metro ochenta de altura y pasaba largos los cien kilos, que a pesar de estar distribuidos uniformemente por toda su humanidad, finalemente se condensaban en una inamovible panza cervecera. De una maraña de pelo marron, medio largo y sin cuidar, se escapaban dos orejas retorcidas, señal segura de que jugaba, o habia jugado al menos, al rugby, de primera o segunda línea. Capaz llegaba a los veinte años, pero criaba una barba insipida y descuidada, más propia de un adolescente que de semejante bestia. Me hacía acordar a alguíen, pero no sé a quién.Lo escuché suspirar cuando Lorena se perdió de vista. "Pobre pibe" pensé, "no sabe la que le espera".
Miré el reloj, ya eran casi las cuatro, y mi proximo paciente no tardaría en llegar. Había hablado por telefono con él la noche anterior y esta iba a ser su primera sesión. Era un pibe del interior, universitario, que no estaba muy seguro de por que venía, pero como ya no estaba seguro de casi nada, un poco de terapia no le parecía mala idea. Antes de subir, por las dudas, probé con el pibe de la entrada:
_¿Juan, ... Juan Fernández?

sábado

VIAJE


El que viene a continuaciòn es un intento de primer capitulo para una serie que empece en el verano, la reencontre ahora, casi en el invierno, y sabe dios cuando la voy a seguir. Asi que no esperen continuidad ni orden. Tal vez ni siquiera siga, pero bueno, publicarlo aca espero que me lleve a terminarlo. Si a alguien le gusta, acepto solicitudes y situaciones para rellenar el viaje de estos perdidos...





INTRODUCCION DEL VIAJE



"Gobernador Costa" grita el chofer, y el micro termina de frenarse en una terminal que es más un baldío que una estación de colectivos. Son las 2 y diez de la madrugada. Por la ventanita empañada se ve una construcción de troncos que hace de boletería para las únicas dos líneas que llegan hasta ahí. Al lado hay un barcito diminuto y mas viejo que la esperanza, con dos mesas de pool y una barra también de troncos. En el micro, las lucecitas del pasillo parpadean un buen rato antes de prenderse del todo y aún entonces parecen dudar. Una familia de tres se levanta de uno de los asientos delanteros; una mujer mayor saca con esfuerzo una bolsa de consorcio del porta equipaje; un gaucho, con pañuelo al cuello, espuelas y todo, se despierta de golpe y se para de un salto. Todos bajan. Los últimos en salir son un contingente compacto, cinco o seis personas, jovenes, que bajan empujandose y pidiendo dísculpas a las ocasionales victimas de algún mochilazo. Ni bien estuvieron todos abajo, la puerta se cerro de golpe, y el colectivo arrancó raudo, levantando una nuve de polvo y piedras, rumbo al siguiente pueblo alejado de la mano de diós. Afuera no había una sola luz que compitiera con la de la luna que, como un reflector en el teatro, caía sobre los cinco perdidos que acavaban de entrar en escena, únicos protagonistas de esta obra.



H:M



Espero su ayuda...

jueves

LO QUE ME COSTÖ EL AMOR DE LAURA


Laura Laura Laura: ¡Laura!

Laura Laura, Laura Laura Laura. ¿Laura Laura Laura, Laura Laura Laura Laura? Laura Laura Laura: Laura, Laura, Laura... “Laura”, Laura. Laura, Laura. ¿Laura? Laura Laura, Laura Laura Laura Laura Laura. Laura. (Laura, Laura Laura Laura “Laura”, Laura Laura Laura). Laura, Laura Laura Laura; Laura Laura Laura Laura. Laura Laura Laura:

Laura.

viernes

PROMESA



Justo como el día que me entere. A nadie le importaba un huevo. A mí me hervía la sangre. “¡Traición!” gritaban los glóbulos rojos. “¡Muerte al apostata ingrato!” coreaban los glóbulos blancos. “¡Queso!” aullaban las plaquetas, que son medio pelotudas. Y a mi me dolía el alma. Pero créeme, yo voy a hacer que te duela hasta el apellido.


LA PUTA QUE TE PARIÓ




h:M

sábado

QUE HIJO DE PUTA


Es de noche y hay tormenta; cae agua putrefacta de los cielos. Los niños avanzan a tientas, descalzos, pisando espinas y piedras punzantes. Esperan el relámpago, para poder discernir en cada destello un poco de esa nebulosa, en su condición de seres perdidos. Cada rafaga de luz que les permite ver el pantano en que avanzan, de paso los ciega. Ya no sangran sólo sus pies, también lo hace su retina, que ha conocido la metamorfosis del ojo en ganglio sanguinolento. Las piedras cortantes albergan bacterias que infectan de inmediato el nervio y la memoria. La peste descarna sus encías: van dejando sus dientes en el camino, como si al dejar el incisivo quedara un rastro para el regreso a ninguna parte. Un buitre voraz va tragándose el sendero de dientes. El olor a gangrena cercena la atormentada nariz de Hansel y las sanguijuelas corroen las piernas de Gretel. Las lágrimas les son negadas cuando se enteran que alguien ha cambiado la historia -que esta vez será más cruel- y no se salvarán de la malévola bruja, quien espera con paciencia al final de estas líneas, con el fuego encendido y el agua hirviendo...



H:M

lunes

AUTOBIBLIOGRAFIA


Nací en la clínica Modelo de Lanus, siendo el primero de la segunda generación argentina de Maraudas, una semana antes de lo previsto y con un nombre que nbo es el que tengo ahora.

Aparentemente me iba a llamar Sebastian, o debido a las imposibilidades técnicas de la época, Ana Clara, si era lo que no soy. Sin embargo, ni bien me vieron, y por X razones, me pusieron Juan Manuel, nombre que aborresco y que hoy fue oilvidado por un desuso casi absoluto.

Cuando tenía solo un par de meses nos mudamos a Trelew, una pequeña ciudad fundada por los galeses en la Patagonia, tristemente más conocida por su masacre que por su torta negra. Al final nos asentamos en una pequeña casita, que si bien no tenía en el frente un jardín de madreselvas, como dice la canción, sí tenía un par de árboles de chizitos.

Me crié entre libros de todo tipo: de medicina, economía, sociología y lógica, pero principalmente entre novelas, cuentos y poesias, que mis padres, aficionados a la lectura, acumulaban con los años en una vieja y enorme biblioteca, que yo al ir creciendo fui saqueando de a poco.

De esa biblioteca salieron cuatro cosas que dejaron su marca en mi cabeza. La primera es el primer libro que leí, o trate de leer: Juan Salvador Gaviota. No lo entendí, y recien ahora me enteré de que el pajarito se cagaba muriendo, pero con el me inicie en la lectura.

La Segunda es Rikki-tikki-tavi, que si bien no estoy seguro de si era un libro entero o solo un cuento, si me acuerdo que formaba parte de una colección de Pagina 12, y que obligue a mi viejo a que me lo lea al menos una veintena de veces.

La tercera era un libro gigante, de tapas duras color violeta y brillantes dibujos en sus paginas llenas de cuentos y fabulas que mi mamá me solía leer a diario, hasta que yo y mis hermanos crecimos y lo regaló a la biblioteca de la escuela.

La última es una lata de bordes filosos en la que mis padres guardaban monedas de todo tipo, y que una vez, mientras irresponsablemente jugaba con ella, me la incrusté en la frente, sobre el ojo derecho, donde una cicatriz aún me lo recuerda.

La cosa es que crecí amando a los libros y a las historias y mundos a los que se abrían, y durante mucho tiempo fueron mi más querida compañia.

Incluso fue un libro el que me bautizó con el nombre por el que hoy todos me conocen. Fue en septimo grado, durante una clase de lengua en la que estaba exponiendo el libro que había leido para ese mes: el tercero de la ahora famosisima serie de siete libros de la britanica J.K. Rowling, que por aquel entonces recien se daban a conocer. Mi profesora no tuvo mejor idea que decirme Harry, y mis compañeros lo completaron: Harry Postre.

Pasaron los años, crecí, engordé, hice amigos invalorables y seguí leyendo, y finalmente en el 2005 deje el nido y me mude a Capital Federal, adonde no vine a estudiar medicina, como se suponía que haría cuando me fui. En su lugar, y terapia de por medio, elegí reconocer el camino que había seguido toda la vida y dedicarme a las palabras. O al menos eso trato.

Gracias a dios, hoy soy Harry, a secas, y los días de los libros de magia y fantasía quedaron atras, enterrada bajo una montaña de nuevos autores que sigue aumentando con el paso del tiempo. Incluso tengo una biblioteca propia, que si bien no es tan majestuosa como la que me espera en mi casa, en Trelew, no tiene demasiado que envidiarle.


H:M

PAJARITOS


El tiro no se escuchó en la selva. No salieron cagando los pajaritos como en las peliculas. La bala se la tragó la espesura. Se tragó el fogonazo y el estruendo. Dicho sea de paso, también se lo tragó a él.

Su grito no se escucho en la selva.



H:M

ACA ESTAMOS TODOS LOCOS


Fragmento de Alicia en el Paìs de las Maravillas



-¿Como es la gente que vive por aqui?

-En esa direccion-dijo el gato, agitando la pata derecha- vive un Sombrerero, y en aquella direccion, una Liebre de marzo. Visita a cualquiera de los dos: ambos estan locos.

-Pero yo no tengo ganas de visitar locos- observo Alicia.

-¡Ah, pero eso es inevitable, no te puedes escapar!- dijo el gato-. Aqui todos estamos locos. Yo estoy loco, tu estas loca.

-¿Como sabes que yo estoy loca?

-Tienes que estarlo- respondio el Gato- o no estarias aqui
H:M

miércoles

EL EQUILIBRIO DEL MUNDO


Porque no puedo, porque no puedo ni hablar

Soy un torero con menos huevos que un flan

Cuando preguntan por vos, cuando te nombra otra voz

Cuando te veo pasar, cuando te vuelvo a pensar

Cuando te sueño de frente y se siente a la muerte gritar


Vos sos la vida, yo soy la muerte de una golondrina

Vos sos la ruta, yo soy una garita con dos putas sin dormir

Vos sos la risa, yo soy un pelotudo en la cornisa

Vos sos el cielo, yo soy un barrilete al que soltaron el piolin


Porque no puedo, porque no puedo ni hablar

Soy un cangrejo puto, viejo y para atrás

Cuando llamas porque sí y te empezas a reír

Contando cosas nomas te me invitas a cenar

mi corazon se me sale de putas para festejar


Vos sos la playa, yo soy el gordo que perdio la malla

Vos sos la tierra, yo soy como un avion que se hace mierda contra vos

Vos sos el agua, yo soy un salamin en el desierto

Vos sos el centro, yo la villa miseria mas al sur que se inundo


Porque no puedo, no puedo ni contestar

Soy un sojero que no aprendio a cosechar

Me pruebo ropa al reves

Soy Julia Roberts en Mujer Bonita

pero por menos guita


Vos sos la gloria, yo soy un club que entro en convocatoria

Vos sos el brillo, yo soy el calzoncillo agujereado de una violacion

Vos sos la fama, yo soy una promesa fracasada

Vos sos vanguardia, yo soy la taquicardia en una guardia de Morón


Porque no puedo, porque no puedo escribir

Soy como Piero cuando volvio de Madrid

Cuando te veo cruzar las piernas de la ciudad

En ese escote perdí lo que quedaba de mi

La redondez de la tierra esta en guerra contra tu perfil


Vos sos progreso, yo soy un coche viejo en la banquina

Vos sos florida, yo soy un empedrado que termina en un zanjon

Vos sos el eje, yo soy la primer mina que se deje

Vos sos el alma, yo soy una guirnalda de un festejo que paso


Porque no puedo, no puedo hacerme rogar

Soy como Walker haciendo dedo en Bagdad

Yo se que te aprovechas porque te gusta pensar

que todo es parte de un plan que nunca puede fallar

El equilibrio del mundo depende de cada pavada


Vos sos victoria, yo soy el perro corre zanahorias

Vos sos el premio, yo la medalla puta de ese premio que tiras

Vos sos remedio, yo soy la concesion del cementerio

Vos sos belleza, yo soy una traviesa que jugó de centrojás.

Vos sos el rumbo, yo soy un vagabundo sin destino

Vos sos abrigo, y yo el mendigo que muere de frío en tu portal

Vos sos la gracia, yo soy la mueca de las eutanasias

Vos sos certeza, yo soy una promesa de borracho en Navidad





no es mia, ni ahi
es de, bueno... de Zambayonny